Lucio Ratti: el tenista formado en Cañuelas que anhela el top 50 y sueña con jugar Roland Garros

DeportesAyerErica BogadoErica Bogado
IMG_5806

De la tranquilidad de Lobos y Cañuelas a la vorágine que experimenta el tenista profesional. Para Lucio Ratti (21) el sueño de toda su vida apenas ha comenzado, y si bien es consciente de la dificultad que representa llegar a vivir de este deporte, la confianza es algo que le sobra. 

Nacido en Lobos el 27 de enero de 2004, “Lucho” o el “Pájaro”, como le dicen conocidos y amigos, llegó recientemente de una gira por Italia y Marruecos altamente productiva en términos de resultados: consiguió varias victorias que le permiten, al ranking actualizado del 12 de julio, ubicarse en el puesto 1002 del escalafón mundial, su mejor posición histórica tras escalar más de 100 posiciones.

El diestro, de 1,83 cm y revés a dos manos, realizó una buena parte de su formación como deportista en Cañuelas,lugar desde el que ha pulido su tenis. Mientras prepara su próxima gira por Chile, dialogó con El Corredor Verdesobre su presente, la experiencia vivida en el continente africano, sus objetivos y las dificultades económicas que atraviesan los jugadores en sus primeras etapas, lejos de los flashes de los grandes torneos. 

- ¿Cómo se dio que siendo de Lobos llegaste a Cañuelas a entrenar?

Yo comencé en Lobos a los 5 años, mi primer profe fue el “Colo” Ramos, un tipo que fomentó mucho la competencia y armó un circuito interesante acá por la cuenca del salado. Mi etapa inicial la hice con él hasta los 10 años, luego un tiempo entrené en Roque Pérez, volví a Lobos que abrieron el “Arena Center”, una academia muy linda, y a los 14 años por una necesidad competitiva y formativa fui a Cañuelas, donde comencé a entrenar en la academia de Andy Chalcoff, una persona muy conocida dentro del ambiente. 

¿Hubo un momento en el que dijiste “quiero ser tenista”?

No, se fue dando. Yo hacía tanto tenis como fútbol, me gustó siempre la competencia y me decían que jugaba muy bien a la pelota, pero yo tenía claro que iba a seguir con el tenis. De chico no era muy comunicativo, así que empecé a subir progresivamente los entrenamientos, a competir más y desde ahí no paré. No hubo un momento exacto, aunque desde que tengo más recuerdos, a los 10, que sabía dentro mío que mi deseo era ser jugador. 

- ¿Qué estilo tenés dentro de la cancha?

Siempre busqué ser bastante ofensivo, dominar, aunque tampoco riesgos en exceso. Trato de tener el mando, mover la pelota y encontrar tiros que sorprendan. Hay que saber adaptarse al otro, ver qué hacer en cada momento, en el nivel que estoy hoy, los futures, que son dentro del profesionalismo los torneos más bajos, no es tan necesario “explotarla”. Hay que evitar apurarse, aunque tengo claro que para los niveles más altos es necesario tener otras armas porque si no es difícil romper ciertos límites. La derecha y la invertida son los golpes con los que más daño hago, el revés es lo que más tengo que mejorar, y el saque igual, si bien no lo vengo haciendo mal, soy consciente de que un buen saque es clave para ganar puntos o que te quede la primera pelota más fácil para hacer daño. 

- ¿Dónde conseguiste tu primer punto como profesional y cómo viviste ese momento?

Fue en agosto de 2022. Yo había dejado de jugar en juniors, participé de un pro tour en Monte Grande en el que salí campeón y eso me permitió tener una invitación para jugar un M15 (torneos profesionales que ya otorgan puntos para el ranking mundial), en Villa Carlos Paz. Era la primera vez que jugaba el cuadro principal de este tipo de competencias, y me tocó en primera ronda el número 2 del torneo, Ignacio Monzón, que ya estaba entre los mejores 800 del ranking ATP y cuando lo veía entrenar me daba la sensación de que no iba a tener chances. Sin embargo, pude ganarle y conseguí mi primera victoria como profesional; fue una locura, una alegría enorme y encima terminé llegando a la final del torneo.   

- Recientemente regresaste a la Argentina tras una gira por Marruecos. ¿Qué te pareció ese país, sus costumbres, y cómo evaluás tus resultados?

Y, el manejo de la gente es un poco raro, no estamos acostumbrados a ese estilo de vida. En el club donde competía conocí personas super buenas, que te ayudaban un montón, pero luego en la calle es diferente. Primero estuve muy cerca del centro de Casablanca, ahí me sorprendió como manejan, no se cómo no chocan todo el tiempo. El idioma además lo hace difícil, se habla en árabe y francés, aunque por suerte entiendo inglés y me puedo comunicar bien. Luego estuve en Tanger que es una cuidad más linda y moderna, la gente es más tranquila. Las mujeres están todas tapadas por su religión, si bien no es una obligación, la mayoría por elección opta por hacerlo, y lógicamente choca ir a una playa y ver que están cubiertas desde los pies hasta la cabeza, algo que claramente no ocurre con los hombres. En cuanto a lo deportivo hice semifinales y dos cuartos de final, siempre viniendo desde la qualy y jugando más partidos que cuando entrás directo a un cuadro principal, lo que me permitió alcanzar mi mejor ranking, así que el balance fue positivo.

- ¿Te pusiste un objetivo en cuanto al ranking para este año?

La idea es finalizar dentro de los mejores 700 del mundo. Pude sumar varios puntos en esta gira así que la idea es ser constante, cada vez se va a volver más difícil y toca seguir metiéndole.  

- ¿Cómo calificás la vida del tenista cuando no estás entre los mejores 150 del mundo? ¿Qué tan difícil es vivir de este deporte?

Es muy difícil vivir del tenis si no estás dentro de los mejores 200 diría yo, porque con ese ranking podés jugar alguna qualy de grand slam en los que se reparte buen dinero, pero a la vez, cuanto más arriba estás, viajás con más gente, necesitás más equipo y eso conlleva nuevos gastos. Al nivel que estoy yo hoy es imposible vivir de esto, salvo que te vaya excelente todas las semanas. De hecho, yo estuve solo en Marruecos porque viajar con entrenador, cuando no estás arriba, es complicado y se suele necesitar algún tipo de ayuda de otro lado; por suerte, mis viejos siempre me han apoyado y bancado en ese sentido, que es algo clave, pero cuando no sos crack se hace cuesta arriba conseguir un sponsor y hay que lucharla bien desde abajo. 

- ¿Qué te gusta hacer cuando volvés a Lobos, aparte de entrenar?

Disfruto de estar con mi familia, mi novia y amigos. Si bien me gusta viajar y entrenar, disfruto de la tranquilidad de Lobos, el dormir en tu cuarto o estar en tu living, parecen cosas sencillas, pero son muy importantes.

- ¿Cuál es tu referente?

Rafa Nadal, de chiquito siempre quería que gane, y hoy Djokovic. Si bien al principio no me caía muy bien, hay muchos tenistas que resaltan que es un tipo que se preocupa por sus colegas, por la situación de los otros, es de comprometerse más y decir lo que piensa, cosas que por ahí Nadal o Federer no hacían, eran más reservados y nunca decían algo “polémico”. Y después como jugador es indiscutible. También me encanta Alcaraz, lo que transmite y que parece muy humano.    

- ¿Qué sueño perseguís como tenista y cual es el torneo que deseás jugar algún día?

Como todo argentino me encantaría jugar Roland Garros. Estar en Wimbledon debe ser hermoso también.En cuanto al ranking, el objetivo más grande es ser top-50, es lo que sueño y voy a dar todo para cumplirlo.

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email