Fútbol, automovilismo y pádel: Mariano Pernía, el mundialista que eligió Canning para vivir

DeportesEl juevesErica BogadoErica Bogado
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Uno de lo motivos por los cuales la región del corredor verde es famosa es por la gran cantidad de personalidades deportivas que optaron por radicarse en la zona. Un ejemplo de ello es Mariano Pernía, quien eligió Canning allá por el 2011, mismo año en el que colgó los botines, una de sus pasiones.

Y decimos esto porque poco tiempo después de finalizar una brillante carrera futbolística, que lo vio incluso jugar el mundial 2006 de Alemania, el “Galgo” se subió a un auto y empezó a despuntar su otra gran pasión, el automovilismo, esa que “mamó desde chico” a instancias de su padre Vicente, leyenda también tanto en el ámbito de la redonda como en el de los fierros. Como si fuera poco, en los últimos meses encontró una tercera pasión, el pádel, razón por la que no sorprende verlo transitar con frecuencia los pasillos del imponente complejo de Lasaigues Pádel Canning.

Nacido en Tandil el 4 de mayo de 1977, el ex lateral izquierdo que debutó en Independiente y que jugó la Copa del Mundo con España, merced a su doble nacionalidad, dialogó con El Corredor Verde sobre su carrera, la pasión que lo une al deporte y su vida actual.

- ¿Hace cuánto vivís en Canning y qué te trajo por estas latitudes?

Yo había vuelto de jugar en Nacional de Montevideo y tenía pensado dejar el fútbol e incluso volverme a vivir a Madrid, pero me llamó el “Vasquito” Arruabarrena para que me sume por seis meses a Tigre que se estaba jugando el descenso. En aquel entonces tenía un departamento en Devoto en el que vivía mi hermano leo, mientras yo estaba en Europa. Al regresar yo él decide irse a Canning, porque al ser mi familia de Tandil, para poder ir más rápido a visitarlos y desconectar, tenés que pasar por Canning. Irnos a zona norte o quedarnos en Capital significaba alargar el viaje, entonces mi cuñada empezó a buscar y vio que esta zona estaba en pleno crecimiento, por eso optaron por venirse. Yo esos meses que estuve jugando en Tigre me venía todos los fines de semana a visitar a mi hermano y me gustó, por eso cuando me retiré vendí el departamento de Devoto y me compré en 2011 una casa en Canning.

- ¿Qué es lo que más te gusta de la zona?

Me gusta mucho lo bien que está creciendo, y después el tema de la seguridad es algo muy importante, tanto en Ezeiza como en Canning te cruzás con muchos patrulleros, por lo general cuando uno mira en la televisión los hechos peligrosos ocurren en otros lados, y la verdad que en la zona hay gente muy agradable. Cuando me mudé mis hijos empezaron el colegio por acá e hicimos un grupo de padres con el que compartimos momentos muy lindos, cumpleaños, así que eso suma, y para cerrar me gusta mucho la vida social que tiene Canning, un ejemplo es este complejo de Lasaigues Pádel que es impresionante.

-Pasaron 14 años de tu retiro. ¿Qué cambió en el fútboldesde el 2011 hasta la actualidad?

La verdad cambió mucho para bien. Se intenta jugar más, me parece que aquel Barcelona de Guardiola fue un antes y un después en el fútbol, y los jugadores han mejorado mucho la técnica individual; los controles en velocidad, el jugar a uno o dos toques, y también el deportista ha mejorado mucho el entrenamiento. Hoy el fútbol es mucho más rápido, se intenta jugar más y los partidos son más entretenidos.

- ¿Cuánto pesa el tema de la alimentación?

Yo justo agarré el cambio desde la mitad de mi carrera hasta el final, y creo que hubo un detonante puntual que se llamó Cristiano Ronaldo. Me parece que él le demostró al resto que con conducta, alimentación y entrenamiento podés llegar a ser mucho más que si no tomás en cuenta esos parámetros, él fue un claro ejemplo. Y hoy ese cambio se ve, si no estás impecable no podés jugar, cuando quizás en mi época había tipos como el Ogro Fabbiani, con quien compartí cancha y también era un distinto desde lo técnico, pero que regalaba mucho desde lo físico y que hoy, en esas condiciones físicas, no jugaría, o al menos lo habrán obligado a hacer lo que debía. Hoy con la técnica no alcanza. 

- ¿Cómo fue que te abrió la posibilidad de nacionalizarte español y encima jugar un mundial?

Yo me nacionalicé para no ocupar un cupo de extranjero en el plantel en el que estaba. O sea, a los dos años de llegar a España empecé los trámites y se dio que al poco tiempo me empezó a ir muy bien, se hablaba de la posibilidad de la selección y justo antes del mundial 2006 salieron los papeles. 

- ¿Qué significa para un jugador disputar la copa del mundo y cómo calificás esa experiencia?

Es una locura. Yo no lo pude madurar mucho porque había quedado afuera de la lista inicial, pero entré después por la lesión de un compañero, así que fue todo muy rápido. Vivir esa experiencia es algo único, salvando mucho las diferencias, es similar a cuando sos padre. Lo tenés que vivir para entenderlo, ese cosquilleo en la panza todos los días, el ambiente que hay, es un torneo fuera de lo normal que quizás en el momento no lo disfrutás por la presión que hay de hacerlo bien, pero con el paso del tiempo me siento cada vez más contento de haber participado de un evento de esa magnitud que muy pocos pueden jugar.

- ¿En algún momento dudaste de jugar para España, sabiendo que eso implicaba cerrarle las puertas al seleccionado argentino? 

Lo que pasa es que en aquella época que se hablaba de mípara formar parte del equipo español estaba Sorín en la selección argentina, que era el emblema del entrenador, de Pekerman, era el capitán, y el suplente era Dieguito Placente que también estaba en un nivel impresionante, entonces siempre es necesaria esa cuotita de suerte, y yo en aquel momento la estaba rompiendo y justo necesitan un jugador en esa posición en España, entonces viendo que yo veía muy difícil tener una oportunidad con la selección argentina no lo dudé: tenía 28 años y era prácticamente el único tiro que me quedaba para vivir algo así. 

- ¿Cuál fue el club en el que mejor tratado te sentiste y donde más rendiste?

En todos lados la verdad la pasé muy bien. En independiente disfruté un montón, fueron nueve años de mi vida que pasé ahí y me encantó, pero creo que mi mejor momento deportivo fue en el Getafe porque se dio todo. Ahí me fue muy bien en lo deportivo y en lo familiar, porque nació mi primera hija, me salió la doble nacionalidad y pude jugar el mundial, fue el año que salí máximo defensor goleador de Europa, por ende, envuelve todo. También en el Recreativo de Huelva tuvimos grandes resultados, y algo que vale la pena destacar es que el fútbol en Argentina se vive mucho más pasional que en otros lados, y eso es algo muy lindo.

- ¿Cómo fue la transición al final de tu carrera a una nueva etapa ya sin el fútbol?

Honestamente yo no maduré esa transición porque tuve un accidente de auto a los 33 años que me llevó a hacer el click para dejar de jugar. Volví a los tres meses y me apuré en hacerlo, no estaba en las mejores condiciones físicas, por lo tanto no me sentía cómodo adentro de la cancha, ya perdía los duelos, que era mi fuerte junto con correr rápido, eso había mermado un poco así que tomé la decisión rápida y a tiempo. Eso sí, probablemente si no tenía el accidente considero que hubiera jugado hasta los 38 o 39 años, porque me encanta entrenar y cuidarme. 

- ¿Cómo fue tu inserción al automovilismo y cuanto influyó la figura de tu padre?

Yo en Madrid tenía un karting para despuntar cada tanto el vicio, pero nunca había andado en un auto de carrera. De todas formas lo había mamado el automovilismo, me crie acompañando a mi viejo a las carreras y eso te queda en la sangre. El automovilismo es una pasión, es increíble lo que hace la gente para poder ver las carreras, o lo que hacen los pilotos para cumplir sus sueños. Es un deporte muy caro, pero muy pasional. Poquito después de haberme retirado arranqué y no paré más.

- En lo físico, ¿es tan exigente como el fútbol?

No, es un poco más sencillo, aunque en la época de mi padre vos veías a los pilotos antes de subirse al auto comiendo un asado o tomándose algo, y eso ahora no ocurre más. Así como Ronaldo marcó para mi un antes y un después en el fútbol en lo físico, creo que en este deporte “Pechito” López hizo lo mismo, porque es un chico muy profesional y que también hace un gran trabajo desde lo cognitivo, con las luces, y eso antes no lo hacía nadie acá. 

- ¿Qué es lo que más te apasiona del automovilismo?

Es algo que llegó en el momento justo a mi vida porque hace que no extrañe tanto al fútbol desde el punto de vista de la competencia. Y además me permite disfrutar mucho más de la familia, porque uno puede ir a una carrera acompañado hasta el último momento de tu mujer, tu hijo o padres, eso no ocurría con el fútbol porque un día antes tenías que concentrar y estar solo con tus compañeros, que por supuesto también tenía su parte agradable. En ese sentido, el automovilismo es mucho más distendido. Hoy compito en el TCR Sudamérica, donde soy compañero de equipo tanto de mi hermano como de mi sobrino, entonces viajamos juntos y es como si siguieras en casa. 

- Para completar la tríada jugás al pádel. ¿Cómo fue que te metiste?

De chico jugaba mucho con mi papá, porque mi tío había abierto tres canchas en Tandil en la época que el pádel se volvió furor en la Argentina. Luego por el fútbol dejé, pero cuando volvió ahora el deporte a emerger mi hermano me insistió varias veces, aunque yo estaba negado porque las veces que lo hacía era en cemento y al otro día me dolían los tobillos, la rodilla, hasta que abrió este monstruo que es Lasaigues Pádel Canning. Ojo, pasaron como seis meses desde su apertura sin pisarlo, pero una vez que lo hice no me fui más y hoy tomo clases, además de jugar. Es un club impresionante.

- Y Mariano Pernía como jugador de pádel, ¿es bueno?

Si me preguntas que es lo que mejor hago en la cancha todavía no lo sé (risas). Lo lindo del pádel es que empareja mucho, pueden jugar personas más grandes, jóvenes, eso es espectacular. Es un deporte sencillo para iniciar, aunque es muy difícil jugarlo bien. 

- ¿Algún objetivo a corto plazo en esta etapa de tu vida?

Me gustaría ser entrenador de fútbol, pero no quiero arrancar en cualquier lado, sino en un club serio, con un proyecto, que tenga un objetivo claro, y ahí ya no tendría ningún problema. Me estoy preparando mucho para tratar de achicar el margen de error.

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