Ribs con barbacoa casera al horno de barro
Para chuparse los dedos
El Restaurante “La Estelita” es uno de los restaurantes mas frecuentados en la región del Corredor Verde. Es que su cocina brinda una magnífica oportunidad de entregarse a la irresistible seducción de los placeres más exquisitos. Asimismo, la decoración del lugar y su agradable ambiente constituyen un lugar que no podés dejar de visitar.
En esta ocasión Florencia, su jefa de cocina, nos explicó como hacer unos buenos ribs con barbacoa casera al horno de barro. Se trata de un plato que, si bien requiere de constancia y paciencia, se puede hacer perfectamente si se siguen los pasos correctos.
En efecto, el horno se encarga de casi todo el trabajo así que es perfecta para principiantes en el uso del horno de barro. A continuación, la fórmula a seguir si deseás quedar bien con una buena comida.
Ingredientes:
- 1kg de ribs de cerdo
- 2 cebollas
- 3 dientes de ajo
- 500gr de ketchup
- 1 litro de caldo de carne
- 100gr de azúcar negra
-2 cucharadas de humo líquido.
Preparación:
Colocamos en una bandeja para horno las ribs con el caldo y le sumamos solo 200 gramos de kétchup, los dientes de ajo, una cebolla corte pluma y unas ramitas de romero. Luego tapamos con aluminio y llevamos al horno a 180 grados por dos horas aproximadamente hasta que el hueso de desprenda. Dejamos enfriar y reservamos.
Para la barbacoa cortamos la cebolla que queda en brunoise y un ajo picado, cocinamos en una olla con un poco de aceite hasta dorar, colocamos el resto del ketchup, el humo líquido, el azúcar negra y cocinamos por unos 15 minutos.
Emplatado:
Pincelamos con la barbacoa las ribs y calentamos hasta caramelizar; acto seguido acompañamos con batatas fritas, ensalada coleslaw y ya está lista para salir. Lo más importante es ir viendo el proceso, no irse de la cocina por tiempos muy prolongados y ser pacientes, pues el que sabe comer, sabe esperar.
A la hora de comer, estas ribs con barbacoa desaparecen tan rápido que te quedás chupando el hueso y los dedos, deseando más. El sabor agridulce marca la diferencia, de modo que la calidad en la materia prima a utilizar es fundamental. Por lo tanto, un plato de estas características amerita a su vez un postre especial para cerrar una comida exquisita.