Panchos Noel: un lugar distinto que combina sabores únicos y que atrae comensales de toda la provincia

Los panchos suelen ser vistos como una opción económica y de sencilla elaboración para comer algo que medianamente calme el apetito. A su vez, es una comida que lejos está de los flashes que emanan otros platos de mayor marketing como el sushi. Sin embargo, en Tristán Suárez existe un lugar que ha llegado para romper con todos los moldes y que es elegido por un público amplio y proveniente de diferentes estratos sociales.

Se trata de Panchos Noel, ubicado estratégicamente sobre la calle Marotto al 190, con dos escuelas y un jardín a escasos metros. Sus dueños, José Miguel Gasgoli y Nancy Obregón, son los artífices responsables de transformar algo tan simple como un pancho en una delicia que atrae a comensales de distintas latitudes.

“Acá ha venido gente de Ingeniero Maschwitz, Lanús, La Plata, 25 de Mayo, Caballito Federal, todo eso no solo gracias al fuerte trabajo que hacemos en las redes, sino porque hacemos un producto que gusta de verdad y que compite con cualquier casa de comidas”, indicó a este medio Gasgoli. Tan buena es la recepción del público que tres meses atrás Panchos Noel abrió otro local en Cañuelas, donde el flujo de personas que acuden también es muy elevado.

Las razones desde el punto de vista gastronómico que explican el éxito de este menú que en la previa no dice demasiado son varios. Una de ellas es la materia prima utilizada.

“Los panes son fabricados por dos panaderías diferentes en forma artesanal, pero el que utilizamos para los súper panchos de los países, que traen diferentes tipos de salsas y aderezos, lo trabajamos en forma exclusiva en toda la región. Desde Monte Grande para abajo el proveedor con el que trabajo me lo trae sólo a mí, claramente por la alta demanda que yo le llevo”, reveló. En cuanto a la salchicha, trabajan con la marca The Roxy.

“Si bien la podés conseguir en un mayorista, acá la magia está en el pan y en las salsas que elaboramos en forma casera y no se encuentran en otros lados. Acá todos los productos son de primera; otro ejemplo concreto es que trabajamos con dos tipos de mozzarellas, y una de ellas es de campo y la traemos de San Vicente”, agregó. 

Entre las salsas que se elaboran en este lugar hay algunas que pican en punta. Una de ellas es la salsa de champiñónque, puesta encima de la salchicha y en ese pan casero, se convierte en un manjar conocido como Pancho Noel, ni más ni menos que el de la casa. Además, cuenta con queso sardo gratinado.

“Es como si te comieras un plato de sorrentinos, y no exagero. Acá te llevamos a probar sabores diferentes arriba de un pancho. Incluso el champiñón es natural y no envasado”, afirma con orgullo Gasgoli.

Otro pancho irresistible es el napolitano, que cuenta con una salsa de pizza deliciosa, mozzarella y tomates condimentados. También está el pancho venezolano, que viene acompañado de una mayonesa de ajo, cilantro y limón imperdible, además de una bondiola desmechada. 

Los precios accesibles de Panchos Noel son muy atractivos para un público que de todas formas es muy heterogéneo. “La difusión que tenemos en las redes genera que vengan personas de todas las edades, pasando desde un jubilado común a familias que viven en un country y que uno reconoce cuando llegan y te ponés a hablar. Yo podría ganar más plata, en especial si analizo la calidad de la materia prima que utilizo, pero yo quiero que el cliente vuelva”, aseguró Miguel.

En franca expansión

En poco más de tres años Gasgoli y su mujer, que es chef y aplica todos sus conocimientos a la perfección, pasaron de vender panchos en la puerta de su casa a contar con dos locales dentro del corredor verde. Sin embargo, el crecimiento no se detiene. 

“Estamos terminando de poner a punto un food truckpara llevar a eventos que se hagan dentro de la región.Pueden ser fiestas de cumpleaños o egresados, festivalesde Cultura, también está la feria que se hace los domingos en la vieja estación de Canning, es decir, la idea es estar presentes y que conozcan nuestro producto. No apunto a marcar una diferencia económica con el food truck, sino que vean que nosotros hacemos algo que no vas a probar en otro lado.”

Ampliar la oferta gastronómica

Si bien Canning es una localidad reconocida por su oferta gastronómica en pleno desarrollo, para Nancy también hay muchos lugares dentro de Ezeiza en los que se puede comer “muy bien”. El problema, en su opinión, es la escasa difusión en redes. 

“Hay mucha gente en Tristán Suárez y lugares cercanos que cocina muy bien, con buenos productos, pero que no son conocidos. Cada local necesita explotar la publicidad para que los conozcan”, sentenció.