Madre Tierra: un nuevo espacio para el arte en Chacras de Canning

lifestyle20 de octubre de 2023Corredor VerdeCorredor Verde
espacio Madre Tierra
espacio Madre Tierra

En el medio de la naturaleza que ofrece la pujante localidad de Canning ha nacido una nueva alternativa para el arte: se trata de Madre Tierra, un espacio con distintas propuestas relacionadas con el teatro, la música y artes visuales, al igual que disciplinas como el yoga y el diseño. 

Brenda Rodríguez y Paul, sus fundadores, pensaron hasta el más mínimo detalle de este complejo, lo que da como resultado un lugar lleno de magia ideal para compartir un agradable momento con amigos, aprender algo nuevo y, por qué no, tomar unas fotos en el intenso follaje verde que lo rodea. 

Para conocer un poco más de Madre Tierra (@madretierraespaciodearte) nos reunimos con Brenda en un mano a mano con El Corredor Verde para conocer cada una de sus actividades.

- ¿Cómo surgió la idea de crear esta suerte de teatro alejado de la ciudad?

Llegó un momento de la vida en que, además de disfrutar de lo amamos, sentimos el llamado a compartirlo con otros. Compartir la experiencia, colaborar con otros que quizás andan en senderos y búsquedas similares. La naturaleza es para nosotros la gran maestra. Cuando más cerca y conscientes estemos de ella, más verdadero y vital será todo lo que hagamos.

- ¿Por qué eligieron Chacras de Canning? 

Buscábamos un lugar donde la naturaleza fuese protagonista. Soñábamos con un espacio artístico en un entorno verde, donde pudiéramos compartir la experiencia del arte, de crear inspirados por el mismo, ya que nuestro enfoque tiene que ver con la naturaleza en su conjunto.

- ¿Quiénes integran Madre Tierra? 

Somos Paul Gallinato y Brenda Rodríguez quienes lo soñamos y luego construimos. Nuestros hijos, Tom y Pedro, participaron desde muy chiquitos en todo el proceso ya que Madre Tierra también es el hogar donde vivimos como familia. Con el tiempo se incorporaron profes y artistas que van sumando su mirada, energía y ganas de compartir e inspirar. Paul es músico y yo soy diseñadora y artista plástica, además de profe de yoga y movimiento. Los dos concebimos el arte como una posibilidad de descubrir y desarrollar capacidades propias, de conocerse más, de conectar con algo más vital y creativo en un mundo donde pareciera que todo está hecho y listo para consumir inmediatamente. 

- ¿Qué propuestas educativas y artísticas tienen? 

Tenemos clases permanentes de arte, dibujo y pintura; teatro para niños, adolescentes y adultos; clases de canto individuales, taller de banda para adultos, acrobacia para niños y adultos; movimiento y yoga para adultos; taller de diseño y construcción, seminarios de dibujo, acuarela y grupos de conversación en inglés nativo.

También realizamos seminarios y encuentros como talleres de impresión ecotextil, seminarios intensivos de acuarela, construcción de lámparas naturales y círculos de tambores. Al mismo tiempo organizamos retiros, ahora por ejemplo estamos por hacer un retiro de Surf, Movimiento y Yoga con nuestros alumnos. Con una frecuencia mensual tenemos espectáculos de teatro y encuentros acústicos que son experiencias hermosas con artistas que llegan hasta aquí para compartir y nutrirnos. Además, ofrecemos el espacio a otros profes y profesionales para jornadas y actividades propias. Otra arista frecuente son las producciones audiovisuales y fotográficas ya que tenemos locaciones muy diversas.

-La arquitectura del lugar es impactante ¿cómo surgió la idea? 

El diseño lo hice yo, lo tenía en mi cabeza desde muchos años antes de que siquiera encontráramos el terreno. En la facultad había hecho un proyecto de casas móviles similares a los contenedores, me fascinaba la idea de la construcción en seco, pero con materiales nobles como la madera. En Buenos Aires no se construye mucho en madera, asique fue una gran aventura ir hacia donde todos te recomiendan que no.

- ¿Y cuál fue la primera imagen en la que pensaste?

La primera imagen que se me vino fue una casita de madera a dos aguas, luego se me cruzo una foto de una casa contenedor a un agua, y se impregnó en mi cerebro, siendo la rectora de todo el proyecto. Busqué una arquitectura nórdica, pero con algo de oriental: después ocurre que el proyecto se va construyendo a sí mismo, como si ya estuviera escrito antes de existir y uno como diseñador lo va descubriendo. Aparecen ramas, objetos que nos llegaban, reciclamos vidrios, pallets, adaptamos el proyecto a lo que iba apareciendo. De a poco usamos todos los restos de madera que iban quedando de la construcción para hacer muebles, de manera que estas cosas fueron las que le dieron más identidad al espacio, es decir, las que encontramos y resignificamos.

- ¿Qué proyectos tienen a futuro?

Tenemos planeado ampliar la propuesta con seminarios intensivos de diferentes actividades. También estamos armando experiencias de arte para empresas, para sus jornadas de team building, pero por sobre todas las cosas seguir expandiéndonos y llegando a las personas que sientan el llamado del arte como una experiencia para vivir mejor.

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