La sociedad se vio obligada a cambiar la forma de ver las corporalidades
María Victoria Arreses: “La sociedad se vio obligada a cambiar la forma de ver las corporalidades, de una belleza hegemónica a otra más saludable”
Pese al cambio de paradigma en las corporalidades y consecuentemente en la alimentación, en Argentina todavía entre el 12% y el 15% de los adolescentes padecen de anorexia o bulimia, siendo el 90% de los afectados las mujeres y el 10% varones. Por tal motivo agrupaciones de médicos, nutricionistas, deportistas e incluso empresarios relacionados con la estética mutaron la forma de trabajar y de ver los cuerpos.
Es que el eje principal ya no es tener una figura de revista, sino un cuerpo sano, teniendo en cuenta que somos sujetos únicos y que cada organismo requiere de distintas formas de nutrición y cuidado.
En una charla mano a mano con El Corredor Verde María Victoria Arreses (MN 7.790), socia fundadora de CITA (Consultorios Interdisciplinarios de Trastornos Alimentarios) de Adrogué, profundizó el análisis sobre este tema y otras cuestiones relacionadas con el nuevo modelo de nutrición mundial.
- ¿Cómo crees que cambió el paradigma de las nuevas corporalidades y de qué modo se relaciona con la alimentación?
Después de la pandemia tuvimos que aprender a relacionarnos de otra forma con los demás, pero más que nada para con nosotros mismos. Del paradigma de la estética pasamos al de la salud más integrativa. La medicina también se humanizó hace un par de años, ya que se está gestando esta nueva concepción de tratar de dejar de ver al ser humano o al cuerpo como una máquina en la que cada piecita se puede arreglar y todo es reemplazable. El cambio va desde la manera de alimentarse a la forma de percibir la estética, la cosmética y las dietas. Todo ha virado a un estado de reemplazo de “lo lindo” por lo saludable, que bueno, es completamente necesario y en algún momento iba a pasar.
- La palabra dieta dejó de usarse como tal, ¿por qué motivo?
La palabra dieta en realidad siempre estuvo mal, porque siempre vino acompañada de una connotación negativa. Cuando uno habla de dieta piensa en un sentido de restricción de alimentos, de hambre, de control, y sin embargo la palabra dieta viene del conjunto de alimentos que se consumen en un día. Me parece copado que se deje de pensarlo así, con la connotación de hambruna; tendríamos que rever más cómo utilizamos determinadas palabras.
- ¿Cuál es la forma de alimentación que está más en boga este último año y por qué?
En este último tiempo se ha hablado mucho de alimentación consciente, de alimentación intuitiva, son todas, a mi forma de entenderlo, términos de moda y depende de cuánta manija se le da a cada término en los medios de comunicación y redes sociales, porque al fin y al cabo son bastante similares y comparten varias cosas. Lo bueno de este tipo de tendencia es la inclusión del “mindfulness”, del “estar aquí ahora”, de poder comer y parar de comer cuando el cuerpo lo necesita, pero para eso tenemos que estar como muy centrados, cosa que no siempre sucede.
- En cuanto a la ley de etiquetado frontal, ¿qué beneficios y que desventajas tiene?
Partiendo de que no soy una nutricionista convencional, ya que dentro de la nutrición hace ocho años me dedico a trastornos de alimentación, que es como la parte menos rígida del nutricionismo, nunca fui de prescribir las dietas y hacer planes de alimentación, por lo tanto, la ley de etiquetado frontal sería mejor si hubiese estado acompañada con psicoeducación, porque por sí sola es medio difícil generar conciencia real. Atiendo personas con trastornos de alimentación severos y es devastador para ellas sentarte en la mesa y sentir culpa por tener un alimento enfrente que tenga ocho sellos diciendo alto en grasas, exceso en calorías y demás.
- ¿Qué recomendás para que las generaciones futuras tengan una vida más saludable?
Primero hay que tener una relación amistosa y empática con el propio cuerpo. Hay también que revisar cómo hablamos de nosotros mismos y de nuestro cuerpo en frente de los más chicos, ya que ellos son el futuro, son como esponjas que copian conductas. Entonces cuando un niño ve a su madre comprar toda la vida productos light, que se priva de comer, o que en la casa jamás hay helado, o que estamos muy con la onda fit y los productos de súper calidad nutricional, no aprenden a tener una buena relación con la comida y eso es a lo que tenemos que apuntar; a respetar nuestro cuerpo y revisar las conductas alimentarias en general.
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