Norberto “Piquito” Fuentes
La eminencia del golf que jugaba al golf con famosos y hoy forma a las nuevas generaciones
El golf es un deporte que requiere de talento, sensibilidad, habilidad, concentración, y por sobre todas las cosas, tranquilidad. Cada hoyo es un momento de introspección: la competencia es con uno mismo. Superarse a través de la práctica es lo que hace Norberto “Piquito” Fuentes, vecino de Ezeiza desde los 10 años y que ahora con más de 80 sigue demostrando que para el golf no hay edad.
Piquito es padre, esposo, abuelo de 3 nietos y profesor de 15 alumnos y alumnas de entre 6 y 13 años que todos los miércoles y viernes, palo en mano, salen al campo del Lomas Athletic Club, ubicado sobre la ruta 205 a la altura de La Unión, para aprender una disciplina en la que para pegar un buen golpe es necesario combinar fuerza, flexibilidad y estabilidad.
En una charla con El Corredor Verde, Piquito nos narró su vida desde que empezó como caddy hasta que hace ya un año abrió la escuelita de golf en el distrito de Ezeiza, pasando por sus innumerables torneos victoriosos.
- ¿Hace cuanto que jugás al golf y dónde diste tus primeros impactos?
Empecé en el Lomas Athletic Club a los 10 años. Veníamos con mi hermano a trabajar de asistentes de los jugadores porque las propinas eran muy buenas, le llevábamos palos y de paso practicábamos. Desde el primer momento supe que este deporte marcaría mi vida. No solo atendíamos a los jugadores y le llevábamos palos, sino que cada vez que quedaba un tiempo libre aprovechábamos para practicar. Lo primero que hay que hacer en este juego es conocer el campo, saber qué trampas tiene, sus bajadas, sus subidas, sus lagunas y charcos; eso te permite hacer un buen juego. A este campo lo conozco de memoria, desde los 10 años que lo camino… toda una vida.
- ¿Siempre fuiste jugador y profesor de golf o te dedicaste a otra cosa?
De los 16 a los 22 fui empleado administrativo en la fábrica textil Amat de Monte Grande, de lunes a viernes vestía saco y corbata, encerrado en una oficina, para los fines de semana o alguna tarde en la semana, ponerme ropa deportiva y salir a jugar. Era lo que más me gustaba hacer. Yo sentía lo mismo que cuando vas a ver una novia que te gusta mucho: ansiedad y adrenalina desde el momento que salía de mi casa o de la fábrica hasta que llegaba al campo. Fue mi cable a tierra durante esos años hasta que dejé la oficina, con permiso de mis padres, para trabajar acá y seguir formándome como golfista, algo de lo que no me arrepiento. El primer mes siendo solo asistente gané casi el doble de lo que ganaba en la fábrica y además estaba en mi lugar en el mundo, ¿qué más podía pedir?
Participaste en múltiples torneos y ganaste varios títulos, pero hay uno que es inolvidable…
En el Abierto del Sur disputado de Mar Del Plata en 1984 obtuve el primer puesto, gané muchos dólares y con esos cumplí el sueño de empezar a hacerles la casa a mis hijos, una para cada uno. Con mi esposa siempre quisimos dejarles un lugar para vivir y cuando gané ese torneo pude concretarlo. Además de la felicidad que conlleva sacar un primer puesto de un torneo en una ciudad tan importante como los es La Feliz.
-El golf es un deporte que suelen practicar muchas personalidades destacadas. ¿Conociste a muchos famosos?
Muchísimos, pero en el campo somos todos iguales. El respeto que hay al jugar hace a la igualdad, acá no hay patadas ni empujones, todos estamos concentrados al cien por ciento para lograr los mejores resultados. Del que nunca me voy a olvidar es del ex presidente Carlos Menem, fue un gran golfista. Durante su mandato jugamos muchas veces, para mí era “Carlitos”, si bien afuera del campo era el Presidente de la Nación, adentro era uno más. La confianza era total.
Si bien ya no participás en torneos, ¿qué tenés pensado para el futuro?
A mi encanta transmitir conocimiento. Ahora solo tengo tres alumnos exclusivos que solo les enseño porque son amigos, pero lo que más me genera satisfacción es enseñarles a los pibes, me divierto muchísimo hablando con ellos, aparte del progreso que veo a medida que va pasando el tiempo, eso es muy gratificante. Desde mayo que estamos con la escuela municipal, con el impulso de “Tito”, como yo le digo a Gastoncito Granados y de la Secretaría de Educación y Deportes, formamos un equipo hermoso que en mis años de concejal (NDRE: estuvo 12 años en una banca), no pude concretarlo. Así que ahora estoy súper feliz de poder enseñar esta hermosa disciplina a los vecinitos de Ezeiza.