Saint Thomas Oeste: el “lugar increíble para vivir” en Canning con una seguridad modelo
La pandemia y la revalorización de una vida saludable rodeada de espacios verdes profundizó la explosión inmobiliaria que Canning había comenzado a evidenciar desde el año 2019. Uno de los barrios privados más elegidos en ese contexto ha sido Saint Thomas Oeste, un lugar que ofrece una arboleda de más de 30 años y un sistema de seguridad modelo con la tecnología más sofisticada de la zona que lo convierten en el lugar ideal para habitar.
Dos gimnasios, una pileta climatizada techada y otra al aire libre, un amplio campo de golf y una variada oferta deportiva son algunos de los activos de este country emplazado sobre la ruta 58 que en sus inicios compartía espacio con su vecino del Este y cuyas primeras edificaciones datan del 2014.
Sin embargo, ha alcanzado el 75% de su ocupación en el 2021. “Se terminaron muchas casas después de la pandemia y lo que quedan disponibles son lotes del desarrollador”, explicó Daniel Missirian, presidente del country, quien agregó: “Lo que explotó no fue solo este barrio, sino Canning, con muchos emprendimientos de diferente escala. A pesar de las restricciones que había para finalizar las construcciones se aceleró el deseo de la gente de venir a vivir a este lugar que es increíble”.
Con el cambio de directorio, tras una asamblea interna récord, se establecieron tres pilares centrales: seguridad, deporte e infraestructura. El primero de ellos es el gran caballito de batalla de las autoridades actuales, conscientes de que resulta una prioridad absoluta para cualquier persona que decide irse a vivir a un lugar de estas características.
“Acá el 60% de la facturación se va en seguridad. Si bien no había ocurrido un hecho grave puntual, era una demanda de los vecinos mejorar ese aspecto y por eso estamos todo el tiempo innovando sin quedarnos en una sola línea. Hoy contamos con seguridad exterior e interna, cerco perimetral, cerco eléctrico, alarmas, cámaras monitoreadas y la verdad que no he visto una infraestructura así en esta área en otros barrios”, afirmó Juan Beveraggi, integrante del directorio.
Con profesores en todas las actividades, la variedad deportiva es otro activo diferencial de este lugar: “Más allá de los resultados cosechados, que son de los mejores, no hay otros barrios en Canning con tanta oferta deportiva como acá; buscamos que nuestros vecinos cuenten con todo y no tengan la necesidad de salir”, explicó Daniel.
En efecto, el listado brilla por su diversidad: fútbol 9 y 11, patín, tenis, básquet, hockey, golf, natación, squash, entrenamiento funcional, yoga y colonia propia tanto en invierno como en verano.
Proyectos nuevos
Lejos de permanecer en una zona de confort, el directorio que está al frente de Saint Thomas Oeste tiene dos proyectos en mente para desarrollar en el corto plazo: “Queremos hacer un quincho de usos múltiples y una sala de spa”, detalló su Presidente. También está en agenda la renovación de la zona de vestuarios: “Estamos mejorando permanentemente, no dejamos que el barrio se caiga”, subrayó.
El barrio, que tiene 250 lotes habitados, posee 58 hectáreas y una arboleda única de más de 30 años. La prolijidad de sus calles internas y la paz que se respira por las noches completan una serie de atributos que lo hacen un sitio ideal para vivir.
Puntos pendientes en la región
Si bien el desarrollo inmobiliario que ha tenido Canning en los últimos cinco años está fuera de toda discusión, existen ciertos servicios que todavía no aterrizaron en la zona.
“Lo que para mi falta es un centro sanitario de alto nivel y una oferta educativa, que no tiene que necesariamente ser privada, porque si la UBA abriera una sede en Canning sería genial, nada mejor que una institución tan prestigiosa. Ahora si lo público no llega ahí aparece el privado, y creo que la gran explosión inmobiliaria que hubo no estuvo acompañada al mismo ritmo en el desarrollo de servicios. Hablamos de un territorio que duplicó su población en los últimos años, por eso creo que la cuenta pendiente es ampliar lo vinculado a servicios”, opinó Beveraggi.
Sobre esa línea, Missirian consideró que Canning “es un diamante en bruto” que “tiene más del 50% de sus tierras aún por habitar”, coincidiendo en la necesidad de profundizar las obras que permitan un desarrollo aún mayor en la región.
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